Por Winston -Ras Ishon- Williams
(Traducción Ras Berhane Tlaltecuhtli)
Introducción
Quienes
siempre reivindican vivir tanto según el Modo de Vida Rastafari, deben reconocer
estos principios como los fundamentos sobre los cuales todas las mansiones o
casas están. No importa de qué secta uno provenga, el entendimiento es que
estamos conectados a través de estos siete principios de finalidad.
A la inversa,
si uno se rehúsa a aceptar cualquiera de estos principios, sin embargo afirmando
vivir como Rasta, entonces aquél no está totalmente comprometido con el modo de
vida. O eso, o aquél carecen de conocimiento certero de Rasta. En este caso uno
necesita continuar en el camino del aprendizaje tanto que uno pueda llegar a un
mejor entendimiento.
Hay gente,
tanto Rasta como no-Rasta quienes faltan de fé en su propio poder para diferenciar
entre eso que es correcto y aquello que es incorrecto. Esto lleva conocimiento
y sentido común, y aunque el conocimiento sea abundante, el sentido común no es
tan común. La necesidad por el sentido común es fuerte entre toda la gente;
nuestras palabras, acciones y obras muestran al resto del mundo cuan razonables
o irrazonables somos. Estos principios son razonables, y representan un enfoque
de sentido común para el entendimiento de Rasta.
Rastafari
tiene siete principios básicos que deberían ser conocidos y entendidos por todos
quienes reclaman vivirlo.
Uno. La fe en
Su Majestad Imperial Haile Selassie I como aquel ser de quien el libro de Rev.
5 habla; el León Conquistador de Judá y la Raíz de David.
Dos. Que
Marcus Mosiah Garvey fue el profeta quien nos llevó hacia S. M. I. y por tanto
debe dársele el lugar de profeta en la jerarquía Rasta.
Cinco. Es Repatriación;
África para los Africanos en casa y en el extranjero.
Seis. El Vivir
Ital, o el modo natural de hacer las cosas.
Siete. El
principio de razonar, o ser razonable.
Esto no
implica que Rasta sea un modo limitado de vida, porque hay muchos otros componentes
que se combinan juntos en la formación de este movimiento.
Esas
combinaciones, sin embargo, se han juntado a través de los años y durante la lucha
por la definición de nuestra identidad, y ha emergido con estos siete principios
válidos. Esta es una indicación del poder duradero y verdad de nuestro modo de
vida. Es un testimonio del hecho de que nuestros antepasados sabían que estaban
sobre el camino correcto, para el propósito de establecer una base sólida para
nuestra historia, cultura y fe.
El Primer Principio de Rastafari: El Emperador Haile Selassie I
es Divino
En Revelación
5:5 se lee, “Entonces me dijo uno de los ancianos: No llores. Contempla, el
León de la Tribu de Judá, la raíz de David ha vencido para abrir el libro y
desatar sus siete sellos…”
Está escrito
en el Kebra Nagast, el Libro de Etiopía, que el Rey Salomón y la Reina de Saba
(y de Etiopía) fueron los padres de Menelik El Primero. Así se inició la
Dinastía Salomónica en Etiopía, la cual finalizó con la desaparición de S. M. I.
Haile Selassie en 1974. Esto estableció a Su Majestad Imperial Selassie I como
un descendiente directo del Rey David; la raíz de David. El título que le fue
dado cuando se convirtió en Emperador de Etiopía incluyó el León de la Tribu de
Judá.
Por tanto,
tenemos referencias bíblicas además de históricas para apoyar nuestra posición para
decir y creer que S. M. I. Haile Selassie I es de linaje divino. Con este
respaldo para nuestro argumento, muchos de nosotros reivindicamos diferentes
enfoques hacia su divinidad. Algunos piensan que S. M. I. es el Cristo retornado, y
algunos consideran que S. M. I. es un nuevo mesías, o simplemente un profeta.
Pero la más fuerte creencia entre los ancianos Rasta, también como con los
jóvenes, es que Su Majestad Imperial es Dios.
Esta
perspectiva de la fe es el aspecto más importante de nuestro modo de vida. Si
uno es incapaz de pasar este punto, entonces él o ella nunca podrá llamarlo o
llamarla un Rastafari de verdad. Uno debe creer que S. M. I. es de ascendencia divina.
Ya sea que uno elija ver a S. M. I. como Mesías o Dios… la decisión es tuya, y
ese punto de controversia podría ser de un largo tiempo en el campo del
razonamiento antes de que sea acordado.
No obstante,
Su Majestad Imperial es la cabeza divina del modo de vida Rasta, y nada puede,
o cambiará eso.
Independientemente
de lo que las varias casas, sectas o ramas en el árbol de Rasta puedan decir.
Deben aceptar la divinidad de S. M. I. Uno puede ver la aceptación en los
símbolos y señales que usamos; el estandarte, con sus colores Rojo, Dorado y
Verde, y el León portando el bastón del poder, imágenes de S. M. I. también son parte de la representación.
Cada vez que usamos el León, los colores o una foto de S. M. I. estamos
representando su divinidad además del modo de vida Rastafari. Todos debemos
entender este primer principio, pues sin él no podemos ir más lejos en
Rastafari.
El Segundo Principio de Rastafari: El Profeta Mosiah Garvey
“Miren a
África donde un Rey Negro será coronado”. Estas son las palabras de Marcus
Mosiah Garvey. Con estas palabras, muchos sabios estudiosos, tales como el Hon.
Leonard Howell y otros comenzaron a buscar sentido detrás y más allá de lo
obvio. ¿Quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo era este Rey Negro para
marcar la diferencia en la situación de la cuestión de la gente Africana?
Todos estos
cuestionamientos eventualmente fueron respondidos. Por el hombre quien nos
señaló hacia el Rey, animándonos también a dejar de adorar al Dios del hombre
blanco. Esto fue muy difícil de hacer para muchos de nosotros, y sigue siendo
duro para muchos.
Sin embargo,
Howell y otros echaron combustible a las llamas que ya estaban ardiendo
profundamente en nuestros corazones. Lo que salió de este fuego ardiente fue el
muy poderoso movimiento de Rastafari.
Muchos otros
movimientos fueron inspirados por las enseñanzas de Garvey, pero Rasta es más
que un movimiento. Rasta es un modo de vida que incorpora la esencia de la
Negritud. Esta forma de vida ha tomado las enseñanzas de Garvey a un nivel tan
profundo, que incluso nuestros opresores han comenzado a mostrar respeto por
nuestra dedicación.
Ahora Garvey
está siendo estudiado en colegios y universidades por todo el mundo. El sistema
no puede entender cómo un solo hombre fue tan poderoso, y continúa creciendo en
poder inclusive en su ausencia.
El verdadero
Rasta conoce la razón de por qué el poder de Garvey nunca morirá. Yo y yo [I
and I] sabe que nuestras palabras, obras y acciones representan la continuación
viviente del profeta que nos dio tanto. Mientras su nombre sea hablado con
respeto, sus obras realizadas en la forma indicada, y sus lecciones enseñadas
al ignorante, entre nosotros, no morirá, sino que vive por siempre como el
profeta quien nos señaló hacia Rastafari.
Este principio
debe ser plenamente comprendido en todas las maneras posibles.
De otra forma,
uno de los aspectos más profundos de nuestro movimiento no será desarrollado
completamente en su grado más alto. Debemos unirnos detrás de este punto con
todos nuestros corazones y todas nuestras mentes y aplicarlo a los tiempos y
días modernos. Nuestro profeta continuará a través de nosotros.
El Tercer Principio de Rastafari: La Lucha en contra de la
Opresión
Este punto es
simple. Cualquiera quien tenga dificultad para entender la importancia de
luchar en contra de la opresión en todas sus formas, verdaderamente no puede
llamarse a sí mismo un Rasta. Porque Rasta se opone a todas las formas de
opresión.
La opresión
física de nuestra gente fue uno de los aspectos de nuestra lucha, y los
defensores de Rasta pelean como Leones, y no se sacrifican como ovejas para el
matadero. Respetamos el espíritu de los Cimarrones, los Ashanti, los Zulú, los
Mau-Mau y todo el de nuestros hermanos Africanos quienes pelearon en contra de
la invasión de nuestra civilización y libertad.
Garvey vino a
nosotros y nos mostró cómo pelear en contra de la opresión educacional y
económica. Como un resultado todos esos países negros que estuvieron bajo el
dominio de Naciones Europeas empezaron a combatir por su independencia; las
canciones de Bob Marley constantemente nos recuerdan luchar en contra de la
opresión mental. Así que tenemos el saber de cómo lidiar las varias formas,
aspectos y representantes de la opresión. Como Rasta, es una de las bases sobre
las que nos colocamos como pueblo.
La palabra
Nyahbinghi significa “Muerte a todos los opresores, blancos y negros”, y esta
idea es ampliamente aceptada por todos los verdaderos Rasta.
Por lo tanto,
no aceptamos opresión de ninguno, ya sea blanco o negro. Si nuestro hermano es
para la opresión entonces estaremos en contra de él –esa es la intensidad con
que sentimos. Somos gente amante de la paz, pero si tenemos que defender
nuestra vida, libertad y felicidad con la espada, entonces que así sea. Sin embargo,
siempre intentamos emplear las palabras como una primera solución, porque somos
gente civilizada que vivimos de acuerdo a principios y disciplina que apreciamos
en nuestros corazones, mentes y almas.
La lucha
contra la opresión es algo que el mundo entero debería ser capaz de
identificar. No hay lugar sobre la tierra donde la realidad de la guerra no
haya mostrado su fea cara. Las guerras, en su mayoría son peleadas porque
alguien se niega a aceptar la dominación de alguien más. Tal es el caso con Rasta.
No negamos a aceptar la dominación física, mental o espiritual de cualquiera.
El Cuarto Principio de Rastafari: Etiopía la Tierra Sagrada
A lo largo de
la historia escrita, incluyendo la historia bíblica, hubo mención de Etiopía,
“la tierra de los rostros quemados por el sol”. Este es un nombre que nadie
puede discutir sobre si pertenece o no a la gente negra, aunque fue dado a nosotros
por los griegos. Se trata de un nombre al cual se hicieron muchas referencias
en significativos contextos bíblicos, pero la intención no es el mencionarlos
aquí. El propósito es destacar lo que significa para nosotros en los días y tiempos
presentes.
Para el
Budista, la India tiene un significado especial debido a la conexión entre el
Buda y la India. Lo mismo va para la Meca y Mahoma, y Cristo y Belén. Por lo
tanto, Su Majestad Imperial y Etiopía están conectados especialmente, y tal conexión
no se puede permitir que desaparezca de nuestras mentes.
Etiopía es una
Tierra Sagrada, y es digna de peregrinaje en el mismo contexto que la Meca,
aunque no en la misma práctica religiosa.
Debemos
sostenerlo hasta el mismo grado de reverencia como todas las cosas que son
sagradas a nuestra mirada.
Sin embargo, a
pesar de que vemos a Abisinia, Axum y Harar como áreas especiales del
continente, actualmente nosotros miramos al continente entero como Etiopía. Es
por eso que presentamos respetos a todos nuestros hermanos Africanos. Nos vemos
a nosotros mismos conectados a la historia, la cultura, los valores, los
estilos de vida y el comportamiento general de todas las naciones Africanas, además
de los Africanos de la diáspora como nosotros.
Este es un
principio vital y uno de los siete pilares que anclan el techo de Rastafari. Es
uno de los muchos regalos de nuestros ancestros que nunca podrá negársenos, a
menos de que dejemos de creer y dar nuestro apoyo al sentido y la realización
de nuestro patrimonio. Se lo debemos a aquellos quienes llegaron antes que nosotros
para mantenerse firmes en este punto de nuestro modo de vida y le damos un
sentido más profundo y duradero.
El Quinto Principio de Rastafari: Repatriación
“África para
los Africanos en casa y en el extranjero”. Estas palabras de Garvey una vez más
nos recuerdan nuestra responsabilidad con nuestro pueblo.
Este principio
de Repatriación también es uno de los fundamentos de Rastafari que necesita ser
tomado en su debida consideración y estudio. Para nosotros para entender por
completo el significado del mismo, debemos mirarnos tanto dentro como fuera de
nosotros mismos.
“En casa y en
el extranjero”, también puede ser aplicado a nuestras mentes además de nuestro
entorno. La Repatriación debería iniciar en las mentes y corazones de nuestro
pueblo; en nuestras palabras, acciones y nuestras obras debemos regresar a
África. Podemos nunca poner un pie en el continente en nuestro tiempo de vida,
pero podemos vivir y representar nuestra herencia cada día que vivamos en el
mundo. Entonces, si uno se vuelve financieramente capaz de ir al continente
físico, uno debería hacer justo eso.
Incluso si uno
por cualquier razón no permaneciera en el continente, uno puede considerar el
viaje un tipo de peregrinaje.
Porque se
entiende que derramamos sangre, sudor y lágrimas en las tierras fuera de África
y por tanto se conecta también con aquellos suelos. Uno sólo necesita observar
el fanatismo con el cual los blancos de Sud África conservan las tierras que
han tomado, para comprender la importancia de aferrarse al lugar donde en la
actualidad viven. No debemos renunciar fácilmente a las tierras fuera de
África, pero tenemos que conservar nuestra herencia Africana viva en todo
momento, a cualquier costo y “por cualquier medio necesario”. Rastafari es un
modo Africano de vida. Nuestra deidad es Africana, nuestro profeta es Africano,
nuestras señas, símbolos y filosofía también son Africanos. Por consiguiente,
vivir según los principios de Rastafari es vivir la esencia de una forma de
vida Africana.
Esta es la
profundidad con la que somos capaces de tomar el concepto de repatriación. En
esta forma podemos mantener vivos nuestros valores culturales, para ser
transmitidos a nuestros descendientes.
El Sexto Principio de Rastafari: Ital; el Camino Natural
La mayoría de
la gente piensa que ital sólo significa no comer carne, o sal o que sólo aplica
a nuestra dieta. Sin embargo, va mucho más allá que la dieta. Ital significa
vida natural en todas las cosas. Es un concepto que se extiende al mundo entero.
Hay algunos
entre nosotros quienes emplean medidas extremas a todo lo que hacen. Algunos de
nosotros localizamos la fortaleza de nuestra fe en justo cuan largos sean los
dreadlocks de una persona, o lo que uno use de vestido o lo que no vista. Pues
a pesar de que estamos en contra de los excesos y la complacencia de la vanidad,
también debemos guardarnos del fanatismo en nuestro modo de vida.
A cada uno de
nosotros le debe ser permitido expresar el concepto de Vivir Ital en sus
propios términos. De otra forma, haremos más daño a nuestro modo de vida que
los opresores. Debemos ser cuidadosos con el fin de no causar discordia entre
nosotros. La disciplina y el orden siempre son importantes, pero no debemos
volvernos opresivos dentro de nuestras filas.
Debemos ser
flexibles como la palma en el ojo de la tormenta, o nos quebraremos como el
roble que se niega a doblarse con el viento.
Ya sea que uno
porte locks o no, coma carne o no, siempre y cuando no ponga en aprietos su
cabello o coma cerdo, entonces debería ser aceptado y respetado como uno de los
hermanos. Lo mismo va para las hermanas entre nosotros, porque ellas también
son parte de nuestro modo de vida. Hay lugar en Rasta para los hermanos que se separan
a sí mismos de la humanidad para vivir en las montañas. También hay lugar para
las hermanas que desean convertirse en cirujanas para nuestros enfermos. Hay
espacio en Rasta para mucho más de lo que hemos visto hasta ahora, y
necesitamos abrir nuestros ojos y nuestras mentes hacia los muchos posibles
puntos de desarrollo, de otra forma podríamos quedarnos atrás dentro de la raza
humana.
El camino Ital
se presta también a preocupaciones ambientales. El deseo por aire limpio, agua
y protección de nuestros árboles son de gran importancia para Rasta como lo son
para el resto del mundo. La necesidad de proteger a todos los animales
amenazados, y más importante, proteger a la Tierra. Este es el grado al que
aspiramos para desarrollar un modo de Vida Ital. Este principio es uno por el
que seremos juzgados, debido a la dedicación o a la falta de ésta, que mostremos
en nuestra implementación de la Vida Ital como una admirable práctica
El Séptimo Principio de Rastafari: La Forma de Razonar
La forma de
razonar no es única de Rasta, pero probablemente es verdad que Rasta practica conscientemente
la filosofía de razonar más que la mayoría de la gente. Razonar es una parte esencial
del crecimiento y desarrollo de Rasta.
Es parte
integrante de todo lo que hacemos.
Dando un paso
adelante, el razonar se ha convertido en una parte de nuestras prácticas religiosas.
Sentarse y razonar en la mente de un Rasta, es casi tan importante como alabar
al creador. Razonar es un regalo de Jah.
No hay límite
acerca de las cosas sobre las que podemos razonar, pero no es tan fácil o tan
simple como uno pudiera pensar. Hay reglas a ser observadas durante el proceso
de razonar con otro hermano o hermana; conocer acerca de lo que se habla, decir
lo que se quiere decir y respetar el pensamiento de otros. Hay ciertas cosas
que uno puede decir a un individuo, pero que no podrían decirse a un grupo. Uno
debe saber cuándo aplicar el poder de razonar. Esto llega con la experiencia.
El lenguaje
que usamos es muy cuidadosamente elegido por varias razones. Como Rastas
observamos el poder de las palabras y el sonido. Somos muy conscientes del tono
de voz de cada hombre y elección de palabras con las que habla, y somos extremadamente
críticos de nuestras mujeres. Usualmente no permitimos a las mujeres en nuestro
círculo de razonar, porque tradicionalmente hemos ignorado la capacidad de
nuestras mujeres para razonar las cosas. Vemos a nuestras mujeres como
demasiado emocionales para participar plenamente en el arte de razonar.
Esta
percepción es equivocada por supuesto. Si usamos correctamente nuestro poder de
razonar claramente veríamos que no hemos dado a nuestras mujeres la oportunidad
de probarse a sí mismas. Debemos usar este poder para llevar nuestro modo de
vida al punto más alto posible que podamos tomar. Por lo que estamos luchando
es por la rectitud, y el poder de razonar puede llevarnos ahí.
Sin embargo,
debemos ser sabios en nuestros pensamientos, justos en nuestras palabras,
moderados en nuestras acciones y fuertes en nuestras obras.
Debemos saber
de lo que hablamos, y nunca decir palabras para las cuales no tenemos un
razonar. Un examen cuidadoso y considerado de toda y de cualquier cosa con la
que entremos en contacto; este es el objetivo de razonar, para ello no puede haber
límites localizados en la práctica del razonar.
Conclusiones
Como mencioné
en la introducción, hay muchos otros componentes que se combinan para dar
significado a nuestro modo de vida. Los componentes vienen en forma de la
música, arte y cualquier otro proyecto que nos esforcemos por cumplir en el
nombre de Rastafari.
Este escrito
no está destinado a decirle a alguien cómo o qué pensar en lo que se refiere a
sus creencias. Tiene la intención de darnos un mejor sentido de enfoque sobre
lo que es esencial acerca de Rasta; un punto central desde el cual avanzar.
Como una gran rueda con muchos rayos radiando desde el centro.
Estos siete
principios representan el centro de esa rueda. Y como la rueda, Rasta necesita
un centro firme con el fin de soportar el peso de aquellos quienes dependen de
ello para llevarlos hacia el futuro.
Ya seas
Nyahbinghi, Doce Tribus, Bobo Ashanti o un simple Rasta hombre/mujer que no
pertenezca a una casa en particular, estos siete principios aplican a ti. El Rojo,
el Dorado y Verde, el León, los Tambores, los Cantos, la Biblia, la historia,
el lenguaje, la cultura, los valores, el modo de vida, el comportamiento y la
actitud se encuentran dentro de la fábrica de estos siete principios. Nuestro
poder de razonar nos mostrará las respuestas a nuestras preguntas, y nos
ayudará a entender la importancia de los siete principios.
Estas ideas
reflejan la evolución de nuestro estilo de vida de tal modo como para darnos
tanto un más complejo como un más simple modo de mirar a Rasta. Es complejo
porque muestra qué tantos aspectos hay de nuestro tipo de vida. Pero es simple
porque señala cómo todas estas cosas son conectadas por siete principios básicos.
El árbol más grande con la mayor cantidad de ramas creció desde una semilla;
esa semilla debe ser nutrimentada para que crezca. Por lo tanto demos alimento
a la semilla de Rasta; los siete principios.
En el Nombre
de Su Majestad Imperial, Emperador Haile Selassie I, Un Dios, Un Propósito, Un
Destino.®
Referencias
Bibliográficas
Williams, Winston –Ras Ishon-, “The Seven Principles of Rastafari”, en: Rastafari, Edited by: Rex Nettleford
and Veronica Salter,
University of the West Indies, Jamaica, 2008, pp. 17-24.
Gran texto que me permite tener mayor visión sobre Rasta.
ResponderBorrarBendiciones